Diseño efectivo de centros de interpretación

Los museos y los centros de interpretación, aunque comparten la misión fundamental de educar y preservar la cultura, difieren en su enfoque y objetivos teóricos. Mientras que los museos tienden a ser instituciones más amplias, con colecciones propias y exposiciones que abarcan una variedad de temas, los centros de interpretación se centran en proporcionar una experiencia educativa específica sobre un tema particular, utilizando enfoques interactivos y participativos, y suelen ir vinculados con el turismo local.

¿Qué son exactamente los centros de interpretación?

Un centro de interpretación se define como una instalación especializada que desarrolla salas de exposición permanentes centradas en temáticas que destacan recursos distintivos del territorio, generalmente vinculados a atractivos de interés turístico.

Esta denominación se aplica también a las oficinas de turismo que establecen salas de exposición cercanas a recursos culturales o naturales, proporcionando un espacio educativo e informativo que busca enriquecer la experiencia de los visitantes al explorar y comprender de manera interactiva los aspectos distintivos del entorno.

Origen, enfoque y debate sobre los centros de interpretación

La historia de los centros de interpretación se remonta a 1960, cuando se crearon los primeros en Estados Unidos. Su boom llegó en la década de 1990, coincidiendo con un tiempo de bonanza económica. Estos espacios, ideados originalmente como una herramienta para explicar y contextualizar elementos patrimoniales relevantes, han experimentado una evolución significativa a lo largo de los años.

Durante los 90s, los centros de interpretación se convirtieron en un tema recurrente en el ámbito del patrimonio, generando debates y críticas, especialmente desde el sector de los museos, a la vez que otros sectores los veían como soluciones integrales para el desarrollo turístico. En los últimos años se ha visto como muchos de aquellos centros han tenido un gran éxito, mientras otros han mantenido un número de visitantes muy bajo e incluso han llegado a cerrar sus puertas.

Lo que esta experiencia nos dice es que un centro de interpretación debe estar planificado de forma estratégica para su pervivencia y éxito. La coordinación de las diversas administraciones públicas de la zona, así como un enfoque de interés tanto para turistas como para el público local, permitirán que se trate de un equipamiento sostenible. En este aspecto, un centro de interpretación pocas veces resulta interesante en sí mismo, si no que lo es en relación a un elemento patrimonial de relevancia y la conexión con la riqueza histórica, natural y cultural de su territorio.

Cómo diseñar centros de interpretación

Conociendo la historia de los centros de interpretación o centros de visitantes, debemos valorar cada caso específico y el contexto actual para construir un espacio que resulte realmente útil y de interés para los visitantes a lo largo del tiempo.

A continuación comentaremos unos cuantos aspectos de interés para crear centros de interpretación verdaderamente relevantes.

1. Investigación y contexto

Como hemos visto, los centros de interpretación exitosos se relacionan directamente con su entorno y pueden ir vinculados a espacios o temáticas muy dispares. Conocer en profundidad el tema central de la exposición condicionará cómo abordar todo el proyecto y es, sin duda, imprescindible para ofrecer una experiencia relevante. Por ejemplo, en el caso de un parque natural, esto podría incluir la fauna, flora, geología y características especiales del entorno.

También podemos explorar cómo el centro se relaciona con el espacio que ocupa, es decir, cual es el impacto del edificio, y cómo los visitantes llegarán a él. ¿Cómo será su fachada? ¿El acceso es fácil o requiere vehículos de montaña? ¿Podrán encontrarlo de forma casual o debemos señalizar el entorno? ¿La climatología permite museografiar o realizar alguna actividad en la zona del exterior?

2. Definición de objetivos educativos específicos

Más allá del turismo, la educación y divulgación deben ser los objetivos últimos de cualquier centro de interpretación. Sin embargo, ser un poco más específicos nos ayudará a enfocar toda la muestra, desde la distribución y zonificación hasta el diseño gráfico.

¿El centro de interpretación busca concientizar sobre la biodiversidad, la historia local o las actividades turísticas? ¿Pretende explicar detalles desconocidos de un monumento en concreto o tiene un enfoque transversal? ¿Quiere ser accesible para público infantil o se centra únicamente en adultos? Establecer metas educativas específicas relacionadas con el patrimonio guiará el diseño y la presentación de la información de manera efectiva.

3. Diseño temático y flujo de visitantes

Organizar el espacio de manera temática y considerar el flujo de visitantes es esencial en el diseño de cualquier exposición. En el caso de los centros de interpretación, hay que hacer hincapié en la experiencia global del visitante no solo dentro de la sala si no también fuera. ¿Cómo habrá sido su día? ¿Habrá visitado otros monumentos o exposiciones cercanas? ¿El centro se encuentra junto a un punto patrimonial, o está alejado? ¿El visitante ha recibido algún tipo de información previa sobre lo que va a ver?

Todas estas cuestiones pueden hacer variar el contenido del centro de interpretación y cómo se aborda. Ante la duda, por lo general es mejor intentar tratar pocos puntos y explicarlos con claridad que querer abarcar demasiadas temáticas. Si contamos con un espacio pequeño será aún más motivo para centrarnos en algo concreto.

Hay muchas maneras de plantear una exposición en un centro de interpretación, desde organizar la información por tipos de actividades o regiones, hasta estructurar el discurso en base a varios aspectos de un mismo ecosistema. El grado de contextualización que ofrecemos al espectador también dependerá del espacio que tengamos y del conocimiento general que tenga la población sobre esa temática.

4. Uso estratégico de la tecnología

En el diseño de centros de interpretación, al no contar con piezas originales, se suelen incluir bastantes elementos tecnológicos como pantallas interactivas o audiovisuales. Sin duda, son un muy buen recurso para conseguir una experiencia interactiva y amena.

Asegúrate que estos elementos no se incluyen por inercia, si no que tienen un motivo claro dentro del discurso expositivo. Por ejemplo, en un centro de interpretación sobre las masías de una comarca, un interactivo que muestre la arquitectura de una masía en 3D y los usos tradicionales de cada estancia puede agregar una visualización de datos atractiva y que complemente la visita de una casa real.

Elijas los dispositivos que elijas, recuerda que todos tienen un mantenimiento que en ocasiones puede ser costoso. Asegúrate de elegir sistemas confiables que puedan funcionar sin complicaciones durante años y que no supongan un desembolso constante para el centro.

5. Inclusión de elementos sensoriales

Como ocurre con los elementos tecnológicos, los elementos sensoriales resultan muy atractivos para el diseño de centros de interpretación. Son un complemento perfecto para textos y visuales que además gustan a todo tipo de público.

Gracias a ellos podemos diseñar paneles con pequeñas zonas al estilo “toca-toca”, por ejemplo, mostrando réplicas de flora autóctona o materiales y herramientas que utilizaban nuestros antepasados.

Utiliza iluminación y sonido para reflejar los ambientes naturales, o aromas característicos para transportar a los visitantes. Estos elementos contribuirán a la inmersión y conexión emocional, resultando en una experiencia más rica y memorable.

6. Oferta de actividades complementarias

Uno de los aspectos más interesantes que puede ofrecer un centro de interpretación, más allá de la exposición en sí misma, son actividades conducidas por profesionales.

Una buena idea es ofrecer varios packs con visitas guiadas, paseos por el entorno u otro tipo de dinamizaciones que complementen y amplíen los contenidos de la muestra. Según el perfil del usuario podemos tener packs de actividades específicas para ofrecerle una visita todavía más completa y personalizada. Por ejemplo, para un visitante familiar, podemos tener un pack que incluye un juego que acerque los contenidos a los más pequeños. Para un grupo de amigos, un reto al estilo geocaching podría motivarlos a visitar otros puntos patrimoniales menos conocidos.

empresa de diseño de centros de interpretación

Pequeños laboratorios educativos: el futuro de los centros de interpretación

Es posible diseñar un centro de interpretación atractivo, duradero y beneficioso para su entorno si está bien planteado y cuenta con una base sólida.

Este tipo de exposiciones, a diferencia de las de un museo, tienen mayor libertad ya que no cuentan con piezas originales a preservar ni, por tanto, normativas tan estrictas. Pueden ser un perfecto campo de juego para diseñadores y para visitantes ya que permiten experimentar con nuevos formatos y planteamientos.

Los centros de interpretación del futuro guiarán a los visitantes a través de una experiencia educativa donde la interactividad y la participación activa son elementos clave, y nunca deben ser ajenos a la realidad de su entorno y contexto sociocultural.

Las diferencias teóricas y de diseño entre museos y centros de interpretación resaltan la diversidad de enfoques en la presentación y transmisión del conocimiento cultural y educativo. Cada uno desempeña un papel valioso en el paisaje cultural, contribuyendo a la preservación y difusión de la riqueza de la historia y la sociedad.

BIBLIOGRAFIA

Miró, M., (2012). Buenas y malas prácticas en la creación de Centros de Interpretación [en línea]. Raining Stones. Interpretar el patrimonio. [Consultado el 13 de marzo de 2024]. Disponible en: https://manelmiro.com/2012/03/02/malas-y-buenas-practicas-en-la-creacion-de-centros-de-interpretacion/